LA MARÍA Y TÚ

¿POR QUÉ ESTÁ PROHIBIDA LA MARIHUANA?

- Porque es una droga y las drogas son malas, beeeeeee – respondería un palurdo Este post trata sobre una de las conspiraciones más grandes de la historia. Suena muy exagerado, lo sé, pero cuando explique todo empezará a cobrar sentido la cosa. Explicaré los verdaderos motivos por los que está prohibida la marihuana. Se podría pensar que es simplemente porque es una droga y no está permitida y tal, pero los motivos son muuuucho más profundos.

LA HISTORIA DE LA MARIHUANA


Vayámonos a los EEUU de los siglos XVII y XVIII. Ese país tan majo erauno de los principales productores mundiales de cannabis. Las plantaciones se extendían por todas partes junto con el algodón. Fíjate que tíos como George Washington o Thomas Jefferson poseían abundantes plantaciones. Era un cultivo rentable que no estaba mal visto en esos días, y fumarla era uno de sus usos menos habituales. El uso principal del cannabis era la medicina, para tratar problemas como migrañas o afecciones bronquiales. También, por aquella época, se utilizaba medicinalmente la cocaína, pero no son comparables, ya lo veremos.

Otro de los usos más importantes y el básico era que servía de materia prima para la industria textil. Por ejemplo, muchas banderas de la época estaban hechas con tejido de cáñamo (así han salido los americanos juasjuasjajameparto), las cuerdas, papel natural o los Levis también (pero los primeros que salieron, no te fumes tus pantalones ahora). La cosa es que la marihuana servía para toooooodo, y lo mejor es que tiene un índice de producción por hectárea cuatro veces superior a su equivalente en arbolado.

¿Qué significa esto? Pues que con el cannabis se acabarían problemas de deforestación, de lluvia ácida y de la polución que genera la industria papelera.

Peeeeeero…….

EL AMIGO HEARST

….. ¿qué pasó? Si la maría era tan la hostia, ¿por qué no está permitida? ‘Por que es una droga, beeeeee’ . Que no, joder, no es por eso. La respuesta se encuentra en un americano llamado William Hearst.

¿Quién coño es este tío? Bueno, digamos que, simplemente, por los años 30, era el hombre más rico del mundo. Este hombre cambió el mundo. Digamos que su éxito se debió a que inventó la prensa sensacionalista (la amarilla, vamos). Era un periodista y un magnate de la mayor altura posible, pero ante todo, era un gran hijo de puta.

¿Sabías que… este tío fue el que acusó a España de hundir un buque yanqui y que por eso se desencadenó la guerra entre EEUU y España por Cuba?
¿Sabías que… este tío fue en quien se basó Orson Welles para crear ‘Ciudadano Kane’?
¿Sabías que… era tan jodidamente rico que tenía un zoo en su mansión?

La cosa amigos, es que los periódicos se fabricaban con papel (sí, ¿no?), y su obsesión era vender y vender, hacerse rico hasta reventar, así que controlaba la mayor industria papelera, y ahí es donde se encuentra el conflicto con la marihuana.

A ver, el cannabis era claramente mejor producto que el papel PERO había que pagar a mucha gente que se ocupara de su siembra, cuidados, recolección… y eso a un empresario no le mola. En cambio, para la madera (de donde viene el papel, por si no lo sabías) sencillamente había que talar unos cuantos árboles, que los ofrece gratis la naturaleza.

Los años treinta fueron la época del maquinismo, los inventos, y entre ellos estaba el descortezador mecánico (de 1935), dedicado a la producción del cannabis que haría innecesaria la participación de tantos y tantos trabajadores. Es decir, era tal la oportunidad que tenían el resto de los agricultores que el país saltaba de alegría ante semejante oportunidad. Cosechar marihuana, el mejor producto, y encima sin tener que pagar a tanta gente. Y esto no le moló a William Hearst, y no por sentir lástima de los trabajadores, sino porque su fuente de ingresos se basaba en la serrerías de los bosques donde sacaba el papel. Cualquiera se hubiera hundido, pero Hearst tenía un par de huevos, era un hombre exitoso hecho a sí mismo, así que se enfrentó con el problema de cara.

EL INDOMABLE WILL HEARST

¡Ay, amigo! El cuarto poder: la prensa. Hoy en día es lo más poderoso del planeta, y todo se debe a la tele, pero eso es otra historia. La cuestión es que el San Francisco Examiner, principal periódico de Hearst empezó una campaña contra la marihuana. La puso de droga satánica para arriba y jodida para la sociedad. Y claro, era sensacionalismo puro, nada de estudios o información veraz, sólo difamación y propaganda. Al ser humano, como gilipollas que es (y soy humano y me incluyo), le empezó a calar, y el fantasma del cannabis empezó a tomar forma.

Hasta que llegó donde tenía que llegar: a la Ley, había que prohibir la maría. Para ello Hearst necesitaba apoyos. Contactó con la petrolera Dupont (como el nombre de su propietario), cuyos intereses eran opuestos a los del cannabis, ya que acababan de inventar el rayón y el nylon (lo que se aprende, ¿eh?). Dupont tenía una sobrina casada con Harry Anslinger, comisionado del departamento federal de narcóticos, así que las cosas se ponían bien para Hearst.

Llevaron el caso al Congreso con artículos propagandísticos y baratos tales como ‘que si era peor que Frankenstein’, ‘que si organizaría violencia callejera’, ‘que si la abuela fuma (y de ahí la frase… que no, esto me lo he inventado juasjuas)’…. Vamos, que en 1937 se prohibió la marihuana en Estados Unidos, y lógicamente, se extendería al resto del mundo.

¿Y QUÉ PASÓ CUANDO SE PROHIBIÓ?

Lo mismo que cuando la Ley Seca: empezó el tráfico ilegal. Y eso no gusta, ya que el dinero va para las mafias. De todas formas, siguen habiendo importantes intereses económicos en contra de la legalización del cannabis. Por ejemplo, la farmacéutica Eli Lilly tiene un negocio entre manos (así son las farmacéuticas) por las patentes de la reproducción sintética del cannabis, que es parte fundamental en muchas medicinas de consumo extendido. Es decir, si se legalizara el negocio se les va a la mierda, y eso no se va a permitir, porque estos son peces gordos de verdad. Como curiosidad, el director de esta farmacéutica entre 1977 y 1979 fue George Bush (padre), quien está metido en todo.

REFLEXIONANDO, QUE ES GERUNDIO

Así que esta es la explicación de por qué la marihuana está prohibida. Un argumento que caería fácil: ‘sí, sí, pero sigue siendo una droga, con lo cual tiene que ser ilegal’. Pero, ¿y el alcohol? ¿Qué diferencia hay entre la maría y el alcohol (aparte de lo obvio)? ¿No causa daño a la sociedad el alcohol? ¿No causa dependencia? ¿Entonces por qué uno es legal y la otra no?

Pues está muy claro. El alcohol está para lo que está: para ser consumido. Punto. En cambio, la marihuana tiene multitud de utilidades, pero cuando una de ellas entra en conflicto con los intereses de uno de los dueños del mundo pasa lo que pasa.

Ahora pensemos, ¿tú la legalizarías? ¿La legalizarías en España? Pongamos varios factores en la mesa.

A – Dinero pal país: está claro que daría mucho. Aquí gusta mucho el vicio. Tenemos todos los records negativos. ¿Inglés? de los últimos de Europa ¿Operaciones estéticas? De los primeros del mundo. ¿Consumo de drogas? El segundo del mundo. ¿Educación? No usamos, mire. Con lo cual, al legalizarse la marihuana (como la prostitución) daría mucho dinero al Estado, ya que hay mucha demanda. Es así, como lo es también en otros países.

B – Las mafias: hay una diferencia entre que un producto sea legal o ilegal, y son (aparte de que el policía te puede sodomizar como te pille) la calidad y el precio. Lógico. Si una mafia vende maría va a poner el precio que le salga de los huevos, y lo que es verdad es que el 2% es marihuana y el resto es restos de neumáticos, de alquitran y de plástico. Si fuera legal y comercializado, si hubieran diferentes tipos de marcas de cannabis, por decirlo así, todas se pelearían por tener un producto para competir con el otro, con lo cual tiene que vigilar precio y calidad.

C – Holanda: desde luego no son sociedades comparables. Yo soy de los que piensan que si se legaliza la maría aquí, el país se hunde en dos días. No digo que España sea inferior, simplemente que hay diferencias culturales. Por eso, tampoco hay que mirar excesivamente el caso de Holanda, puesto que allí, además, es legal para consumir o para vender en tu tienda, pero no para hacerte una empresa textil con ella, porque eso no le gusta al señor Bush padre (e hijo de puta).

D – Comparaciones con otras drogas: siempre me ha hecho gracia eso de drogas blandas y drogas duras. Efectivamente, no es lo mismo echarse un petilla que un chute de heroína que una copa de whisky, pero sus usos son potencialmente igual de peligrosos, ya que si no es por potencia es por cantidad consumida, así que me parece absurdo legalizar unas sí y otras no.

Uno puede pensar en que si la droga fuera legal el mundo se iría a tomar por el culo. Un chico de trece años tendría acceso fácil a la heroína. Bueno, también tiene acceso fácil para coger un cuchillo de la cocina y clavárselo al vecino de arriba. La diferencia, y aquí está mi conclusión, es la educación. Entonces el problema de la droga y su legalización lo enfocaría a si hemos recibido suficiente educación al respecto. Es decir, ¿somos una sociedad preparada, suficientemente madura, como para aceptar la legalización de la droga? Que cada uno saque sus conclusiones.